Emilio decidió cerrar todas sus redes sociales porque le «ocupaban mucho tiempo». Ha borrado sus perfiles varias veces, volviendo por presión social, aunque lleva más de un año de «desconexión». «No lo echo de menos porque al final lo veo como algo parecido a una droga: una adicción que necesitas alimentar todo el rato. Es un escaparate digital».
A sus 29 años, se ha planteado muchas veces eliminar también su cuenta de WhatsApp, pero por comodidad y razones económicas («al final es más barato que mandar SMS», dice) aún utiliza esta aplicación, que en España tienen 7 de cada 10 personas que son poseedoras de un smartphone. «Al final es una imposición de la sociedad, porque lo necesitas para comunicarte, para trabajar, para relacionarte… si no, quedas expulsado de alguna forma, aunque el aislamiento no haya sido tu decisión, solo abandonar la aplicación».
![]() |
Trabajo sin redes sociales |
![]() |
Hombre saliendo de las redes sociales |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario