lunes, 3 de diciembre de 2018

¿Qué beneficios te ha dejado abandonar las redes sociales?


porque he vuelto a caer en las malvadas manos de las redes sociales. ¡Pero tengo una buena razón, lo prometo! La gente ya no comparte fotos de los eventos si no es por FaceBook e Instagram… Y volví para acumular fotillos mías y de los míos para mostrarle a mis bisnietos dentro de 80 años o más… Todo por las generaciones venideras. He resistido a los juegos. Soy feliz].
[Edito porque, #kebergüensa los horrores ortográficos y gramaticales. Necesito un editor que me edite la vida].
¡Gracias por la pregunta, Ronald!
Dejé todas mis redes sociales. Mantengo solamente el WhatsApp (que no es una red social, pero con la actualización de los “estados” se le está pareciendo mucho) y Quora. La primera, para comunicarme mejor con mi familia, amigos, jefes y alumnos, y la segunda, porque me fascina esto de hacer y responder preguntas.
Hasta hace unos meses utilizaba Facebook, Twitter e Instagram. O sea, no es que fuera la maestra de las redes sociales ni la usuaria más asidua, pero la verdad es que salirme de ellas fue maravilloso. Y con esto no digo que las redes sociales sean malas o que todos deberíamos odiarlas, pero para mi fue una verdadera liberación. Y siento que soy más feliz sin ellas.
Algunos beneficios:
  1. Más tiempo disponible para hacer cosas (más) útiles. Parece mentira la cantidad de tiempo que uno pierde en Facebook o eInstagram. [Oh, el Instagram…] Y la cantidad de megas que también botas, viendo las historias de toda esa gente, y mira que yo tengo como 1 mega al mes en el celular. Entre los estados del WA y las historias en IG, ese buen mega me duraba, con suerte, una semana… Al dejar de usar las redes sociales, encuentro que tengo más tiempo libre para dedicarle a mi familia, mi casa, mis mascotas, mis estudios, mi(s) trabajo(s), mis hobbies… En fin. El tiempo es oro, y ahora que tengo más para disponerlo como me de la gana, estructuradamente distribuido entre mis muchas actividades, me siento feliz como una lombriz.
  2. Los juegos de Facebook. Para estar claros, debo decir que yo era una verdadera obsesa de los juegos de Facebook (Sims, la pecerita esa toda linda, Candy Crush, el de los detectives,…) Toda una gamer. Ok, no. Lo fui superando, gracias a Dios, pero entrar a Facebook era estar tentada constantemente a jugar uno más. Bueno no, pero casi. Es un beneficio que complemente al punto anterior. Las adicciones son malas, niños.
  3. Dejé de hacerme cerebros pensando qué todos eran más felices que yo… ¿no les parece que todos se ven más felices en las redes sociales? Puras sonrisas, comidas deliciosas, fotos cuasi-profesionales… Cuando uno ve todo eso, después de una noche sin dormir, con un grano en la frente y ese teléfono inerte y silencioso porque esa persona no se digna en escribirte; es un poco deprimente ver tanta gente que tiene la audacia de ser asquerosamente feliz. ¡Claro que es todo humos y espejos! La verdad es que todos tenemos nuestros momentos de tristeza, de angustia, de depresión y de felicidad, pero sólo estos últimos se suelen publicar en las redes (excepto por los niños emo, pero eso es otro cuento
    Vida sin redes sociales

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